La vida trata de ir resolviendo problemas.
Resolver problemas es parte de la vida cotidiana.
Resolver problemas puede ser tan simple como decidir qué desayunar o qué estudiar.
Es importante poner todo en perspectiva para tener una idea de qué tan graves son nuestros problemas.
Mientras tú resuelves tus problemas cotidianos, hay personas que no saben si comerán hoy o si superarán alguna enfermedad. Hay pocas cosas sin solución. No es tu culpa. Siéntete afortunado y agradecido por los problemas que te indican que estás vivo y en otro nivel.
Alégrate de estar vivo para descifrar cómo resolver dificultades. Miles de generaciones antes que tú lo han hecho (por eso estás vivo) y millones de personas continuarán resolviendo problemas cuando tú ya no estés.
Así que enfrenta tus retos con entusiasmo. Recuerda que estás tratando de avanzar al siguiente nivel.
Estar vivo para enfrentar nuevas dificultades es un privilegio.
Pero si te molestas por tus problemas y dejas de buscarles solución, dejas de avanzar y te estancas.
Aun muchos de los problemas más grandes se pueden dividir en partes más pequeñas y así, convertidos en pequeños problemas o dificultades, son más fáciles de resolver. No hay pretexto.
Todos tenemos que resolver problemas diariamente. Y cuando los resuelvas, el universo te enviará nuevos problemas para que no te aburras.
Recuerda claramente hacia dónde vas. Recuerda cuál es la razón por la que estás trabajando en esto.
Que unos problemas no te detengan de seguir avanzando. Para eso estás aquí.