Todo inició el 4 de septiembre de 1995. Entré a quinto semestre en la prepa CBTIS 237, Me juntaba mucho con Carlos y tuve el placer de conocer a 3 muchachas llamadas Lisa , Petra Dominguez y Juaneta.

También tenía un amigo llamado Jose Luis a quien apodabamos “El Trailero”. Un día fuimos a su trabajo Carlos y yo a llevar una vieja pick up.

El Trailero trabajaba en el área de pintura de una maquiladora, y nos dijo que desechaban restos de pintura, por lo que nos regaló pintura para decorar la pick up.

Al otro día, participamos en el Rally de la escuela con “Cucaracha” la vieja pick up de Carlos que decoramos con pintura industrial. Nuestro equipo estaba formado por Lisa, Petra Dominguez, Juaneta, Carlos y yo. La pick up se descompuso muchas veces durante el rally y teníamos que empujarla para que encendiera, y aun así ganamos el primer lugar. Nos entrevistaron en todos los canales de noticias y aparecimos en la portada de la Revista “Forum”.

Ese rally creó mucha unión entre nosotros empezamos a pintearnosla todos juntos.

Un día nos subimos todos a la pick up y nos fuimos a un motel. Los empleados permitieron a 6 estudiantes uniformados en una pick up rentar una habitación para ver películas y comer sandwiches y papitas.

Una semana después repetimos todos la aventura en un hotel diferente. También con el uniforme de la prepa. Al otro día en lugar de ir a la escuela, regresamos al hotel, pues la habitación se vencía a la 1:00 p.m.

Otros días nos veíamos a la entrada de la escuela pero en lugar de entrar, nos ibamos a explorar algún cerro, a pescar a la presa, o a algún balneario.

Cierta mañana subimos el Cerro Colorado hasta la cima, donde están las antenas. Mis amigas coquetearon con los empleados de la CFE y nos permitieron subir hasta la punta de la antena más alta que mide cerca de 5 pisos.

Estuvimos en el punto más alto de Tijuana y tomamos impresionantes fotos que guardó Jess y un día de tormenta se mojaron y se destruyeron.

El día de muertos hubo un concurso de creación de altares. Shannon Hoon, cantante de Blind Melon acababa de morir y decidimos dedicarle nuestro altar. Compuesto por cigarros, “drogas”, licor, guitarras y bisquits, llamó la atención y ganamos el Segundo Lugar, con una mención especial.

El resto del semestre nos la pasamos yendo a andar en moto en Rosarito y accidentándonos. Cuando nuestros padres no estaban, haciamos fiestas mañaneras en nuestras casas en lugar de ir a clases. Inventabamos recetas y horneabamos pasteles. Acampando en lugares escondidos fuera de la carretera. Visitando el Parque Morelos. Fuimos a la Playa muchas veces.

Mis papás tenían una casa vacía esperando ser rentada, la cual se convirtió en nuestra guarida. Dejamos de ir a la escuela, hasta que llegó la temporada de exámenes finales. Siempre me ha gustado tener amigos inteligentes, así que finalizamos el semestre con calificaciones excelentes.

Poco a poco nuestra vida divertida se empezó a llenar de drama por lo intenso de nuestras relaciones y la vida loca y acelerada que estabamos llevando.

El 31 de diciembre de 1995 empezé a escribir mis memorias en una libreta verde de espiral y me propuse empezar mejor el 96.

Hector Rios

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